El monstruo de Disney se ha engullido a Pixar. Nada queda ya de las refrescantes ideas del estudio de animación cuando se pone a realizar secuelas ya no solo de Buscando a Nemo con Buscando a Dory (título sin sentido), sino también de los interminables capítulos de Cars o las adaptaciones a la televisión.
Y no me malinterpretéis, Buscando a Dory tiene escenas divertidas y seguramente a los niños les encante. Yo, por otro lado, busco otra cosa, pese a que los aspectos técnicos son sublimes, con una técnica de animación espectacular con planos que parecen sacados de acción real, que te hace engancharte a los colores y paisajes marinos que aparecen en pantalla.
La historia de Dory ya no tiene el mismo impacto que la de Nemo. Nemo era un niño secuestrado por un dentista cuyo padre salía en su búsqueda acompañada de la olvidadiza pez paleta de pintor. Dory recuerda, por arte de magia, que tenía unos padres y emprende una aventura para buscarlos teniendo como base… su memoria.
Así que para poder avanzar en la trama se necesitan esas típicas escenas absurdas y sin sentido que hacen evolucionar la historia para llegar al final feliz que todos deseamos. Siendo muy inferior a su predecesora, Buscando a Dory es capaz, sin embargo, de mantenernos en alerta aun sabiendo que la protagonista siempre resultará victoriosa.
Yay & nay
Lo mejor: El diseño de producción y las técnicas de animación,. Algunas escenas divertidas.
Lo peor: Guion escrito como refrito de Buscando a Nemo, nada novedoso. Demasiados giros sin sentido para avanzar en la trama.
Buena crítica, comparto muchos aspectos. La vi en 2015 y todavía no he escrito sobre ella, pero todo se andará. A mí básicamente me gustó, por Dory, el personaje y demás, pero no me transmitió. Será porque me han llovido años o será porque no es tan «emocionante», el caso es que mi nota no dista mucho de la tuya. Un abrazo 🙂