Podéis disfrutar del documental Bichos de alta cocina si os gusta ver imágenes asquerosas. El largometraje nos retrata cómo el laboratorio danés Nordic Food Lab intenta completar un recetario con insectos como ingredientes.
Viajando alrededor del mundo, se nos hará ver uno de los problemas que tendremos en todo el mundo: la falta de comida. Para solventarla, nos recuerdan qué tipo de comida existe en otras culturas, adaptadas a su medio y que, a ojos occidentales, pueden parecer asquerosas (y, para mí, lo son).
Como si fuese un capítulo más del libro de Marvin Harris Bueno para comer, uno de mis libros preferidos, se nos muestra cómo diferentes culturas se adaptan a la disponibilidad de proteínas de cada lugar y el coste de consecución de dichos alimentos.
La principal conclusión que podemos sacar del documental Bichos de alta cocina es que hay muchísimas personas que se alimentan de insectos todos los días y que hay muchísimas especies que podrían ingresar en la categoría de «comestibles».
Se nos intenta hacer ver que comer insectos puede producir beneficios al planeta, que es beneficioso para el organismo humano y que es delicioso. Andreas Johnsen acompaña al laboratorio en sus viajes por Europa, Oceanía, África y Asia, llegando a concluir que las hormigas de miel son una exquisitez así como las avispas asiáticas y los saltamontes.
Me pregunto si estos daneses tienen parte de culpa de la invasión de la avispa asiática en Europa que tanto sufrimos por estos lares. Experimentos como este, modificando la fauna autóctona, pueden producir estragos, pese a que esto no lo vemos en el documental.
Lo que sí se preguntan es: si, finalmente, se aceptan los insectos como comida, ¿seguirían siendo tan beneficiosos, tan completos y tan nutritivos? Supongo que como cualquier otro alimento desarrollado de forma industral: negativo.
Yay & nay
Lo mejor: La reflexión antropológica sobre la cultura gastronómica y cómo se modifica dependiendo de lo que tengamos alrededor.
Lo peor: No trata los problemas derivados de consumir regularmente un alimento para el que culturalmente no estás preparado ni tu organismo aceptaría como normal. Asume que todo ser humano está preparado para comer todo tipo de comida.
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