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Левиафан (Leviafan) (2014)

Leviatán

Ganadora del Globo de Oro y del premio al mejor guion en Cannes, Leviatán fue uno de los platos fuertes del 2014. Incluso pudo haber llegado a llevarse el Oscar a la mejor película extranjera, pero Ida se lo quitó de las manos. No nos llevemos a engaño: Leviatán es la misma Rusia. Nos presenta a unos personajes alcoholizados a base de vodka que para celebrar un cumpleaños prefieren ir a disparar con sus armas mientras se emborrachan que hacer una fiesta. Nos presenta una sociedad donde la corrupción está instaurada en lo más profundo de las instituciones (Iglesia, policía, política…) y donde el que gana siempre es el más corrupto y el que tiene más fuerza. Por si aún fuera poco, el pueblo donde ocurre todo se sitúa en la costa del mar de Barents (os aconsejo ver las localizaciones del rodaje en Google Maps aquí, aquí y aquí para que os hagáis una idea de qué hablo).

Nikolai se gana la vida arreglando los vehículos de sus vecinos. Construyó la casa donde vive él mismo, junto con su segunda mujer y el hijo de su primera esposa. Su vida sencilla se ve perturbada por el alcalde, que se quiere apoderar del terreno de Nikolai pagándole una miseria. Un abogado, ex compañero de Nikolai del ejército, decide ayudarle defendiéndole frente a la Administración; pero en lugar de ayudar, complica más la historia. Con unos actores que sacan oro de unos personajes hastiados, deprimidos, engañados por otros y engañados por ellos mismos… Sin embargo, si algo hay que achacarle a Leviatán es la falta de ritmo. Tarda en empezar, es demasiado pausada y al final, las más de dos horas se convierten en tediosas sobre todo en el tramo final.

Lo mejor: actores.

Lo peor: ritmo.

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